Las mujeres son como las matemáticas difíciles de entender, pero necesarias para todo.
Debemos reconocer que, la esencia de toda existencia humana la debemos a una mujer. Ya que es la parte importante y quien se desgarra de dolor pero que también le llena de gozo al contemplar milagros con traer nuevos seres al mundo.
Muchas veces no las valoramos, no las entendemos como mujeres, y no somos capaces de poder ponernos en el lugar de ellas y las juzgamos en sus debilidades, en sus errores y desaciertos, pero olvidamos que son la razón de existir, dignas, valiosas y necesarias para todo.
El hombre debe siempre procurar la custodia de su corazón, y cuidarla en todos los sentidos, así como también importante hacerla sentir bella en todo momento.
A ti, mujer, comienza por valorarte a ti misma, antes de esperar a que los demás te aprecien, porque es la única manera de poder atraer el respeto y valoración de los demás.

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